Los personajes en las historias siempre desean algo con
mucha fuerza, es una de las leyes de la ficción. Para conseguir lo que quieren,
algunos héroes trabajan muy duro, mientras que otros simplemente miran a la estrella
más brillante del cielo, piden un deseo con mucha mucha fuerza, ¡y se les concede! Siempre se les concede.
En obras de ficción, desear tiene poder. No importa lo que
quieras, desde un nuevo carro hasta un aumento de edad, lo puedes conseguir
simplemente por desearlo. Por supuesto, “debes tener cuidado con lo que deseas”.
Debes ser claro y conciso con tu petición, porque quienes conceden los deseos
siempre se toman tus palabras muy literalmente.
El más conocido cumple deseos es probablemente “el genio de la lámpara mágica” y generalmente brinda tres deseos. Si el protagonista tiene suerte, el héroe se encontrará con un genio benévolo, si tiene mala suerte se encontrará con uno travieso o incluso uno malvado.
Otras formas de pedir deseos, sólo uno en la mayoría de los casos, son:
- Pedir tu deseo mirando una estrella.
- Pedir un deseo cuando ves una estrella fugaz.
- Tirar una moneda en un pozo de los deseos.
- Cuando apagas las velas de tu pastel de cumpleaños.
- Usar alguna especie de herramienta mágica, como una mano de mono.
- Pedir un deseo cuando hay eclipse.
- Usar el poder (sobrenatural) de las palabras.
Después de que un deseo ha sido cumplido, al protagonista podría no gustarle cómo se ponen las cosas y usará otro deseo para revertir lo ocurrido.
Al final a veces resulta que “todo fue un sueño”. En otras historias el deseo es cumplido gracias a “una unión de maravillosas coincidencias”, exponiendo que no hubo nada mágico ni sobrenatural después de todo.
Otras formas de pedir deseos, sólo uno en la mayoría de los casos, son:
- Pedir tu deseo mirando una estrella.
- Pedir un deseo cuando ves una estrella fugaz.
- Tirar una moneda en un pozo de los deseos.
- Cuando apagas las velas de tu pastel de cumpleaños.
- Usar alguna especie de herramienta mágica, como una mano de mono.
- Pedir un deseo cuando hay eclipse.
- Usar el poder (sobrenatural) de las palabras.
Después de que un deseo ha sido cumplido, al protagonista podría no gustarle cómo se ponen las cosas y usará otro deseo para revertir lo ocurrido.
Al final a veces resulta que “todo fue un sueño”. En otras historias el deseo es cumplido gracias a “una unión de maravillosas coincidencias”, exponiendo que no hubo nada mágico ni sobrenatural después de todo.