Los héroes siempre ganan al final, es una regla general en
ficción. Y usualmente también ganan todos los enfrentamientos en que se
involucran. Esto se sabe de antemano. Sin embargo, son las dificultades a las
que se enfrentan para triunfar, los riesgos, la posibilidad de perder y el hecho
de que si llegan a perder, lo que agrega drama e interés a una historia.
Un héroe puede aprender valiosas lecciones a partir de las
derrotas, para desarrollar su personaje de forma más realista e ir volviéndose
más fuerte para poder salir victorioso en el final decisivo.
Pero existen héroes que nunca pierden, NUNCA. Y no sólo eso,
ganan con extrema facilidad, especialmente en situaciones de vida o muerte. Las
únicas veces que se ven en problemas es cuando el villano encontra un modo
efectivo de hacer trampa o porque el héroe se ve limitado por factores externos
(que hayan raptado a su amor, por ejemplo). Pero una vez que logran
sobreponerse, acaban con el villano del mismo modo que siempre. Este tipo de
héroe es el exponente máximo de que “la victoria es aburrida”.
Detrás de todo esto está la idea de que el héroe es “así de
poderoso”. Sumado a eso, es el héroe, los chicos buenos nunca pierden. No
importa qué riesgos se presenten, este héroe siempre está preparado y por
encima de todo. Si se lleva al extremo, que es increíblemente posible, el
personaje se convierte en una Mary Sue: Modalidad Dios.
Este artículo es una traducción del tema:
"Invincible Hero" de la página tvtropes.org