Cuento

sábado, 10 de diciembre de 2011




Muy diferente  a lo que la creencia popular parece indicar, los cuentos no necesariamente son historias infantiles.

Un cuento se trata de una composición de pequeña extensión en la que empieza, se desarrolla y finaliza lo que se desea decir, y se escribe pensando que va a contarse o va a leerse completamente, sin interrupción, de forma diferente al resto de los géneros literarios, en los que el escritor considera que puedan ser leídos por partes, en veces sucesivas. El género, el tema o el público para quien esté planeado es indiferente, lo que define a un cuento es la extensión y la estructura. 

Un cuento básicamente se divide en tres partes: Inicio, desarrollo y desenlace. A veces varían los nombres dados a esas partes (por ejemplo: planteamiento, nudo y final) pero lo que representan (el significado) viene siendo lo mismo.

De acuerdo con esta estructura, el principio debe explicar, de forma explícita o implícita lo siguiente:
-Quién es el protagonista.
-Dónde sucede la acción.
-Cuándo ocurre.
-Qué es lo que sucede.
-Por qué ocurre.

El núcleo del relato puede contener:
-Los obstáculos que dificultan el cumplimiento de un deseo. Por ejemplo, en el cuento "La boda de mi tío Perico" los personajes secundarios entorpecen que el invitado pueda asistir a la fiesta.
-Los peligros que amenazan directa o indirectamente al protagonista. Un ejemplo es el cuento de "Los tres cerditos", donde el lobo representa las fuerzas del mal que se oponen a la felicidad de los héroes.
-Las luchas físicas o psíquicas entre personajes contrarios, que se resuelven en la parte final del cuento mediante algún procedimiento inesperado. Sirve de ejemplo, entre otros muchos, la relación de Cenicienta con sus hermanastras, salvada por el príncipe mediante el símbolo del zapato.
-El suspenso producido por una frase que se repite o un enigma imposible de descifrar para el lector o el oyente. Puede ser el caso de la esfinge en la Grecia clásica o, en la más arraigada tradición oral, el cuento de Caperucita, que es capaz de encoger el corazón de los más pequeños en el insuperable diálogo de la protagonista con el lobo.

El desenlace de la narración podrá ser:
-Terminante: El problema planteado queda resuelto por completo. En el cuento de "La Cabra y los siete Cabritos" la muerte del lobo cayéndose al agua con la barriga llena de piedras aleja para siempre el peligro.
-Moral. El comportamiento de los personajes transmite el valor ético que se desea mostrar. Entre los muchos cuentos moralistas pueden citarse "El pastor y el lobo", "El león y el ratón", etc.
-Dual. Existen dos protagonistas de caracteres opuestos, que producen efectos contrarios dependiendo de sus actos. En el cuento de "Las dos doncellas" una de ellas arroja sapos por la boca por su mal comportamiento mientras que de la boca de la segunda salen joyas y piedras preciosas debido a su generosidad y buen corazón.
-Esperanzador. Al final del relato se sugieren posibles modificaciones de actuación que pueden resolver el problema en el futuro. Un cuento de este tipo puede ser "El ruiseñor y el emperador", donde la proximidad de la muerte de éste le ayuda a conocer el verdadero comportamiento de sus servidores y le permitirá corregir sus errores a partir de ese momento.
  
Al principio usualmente se emplean únicamente descripciones, y a partir del desarrollo se emplean diálogos y narraciones.
Las partes más memorables de muchos cuentos se encuentran en el nudo, casi siempre muy cerca del final. El momento de la trama donde se alcanza el mayor grado de tensión, llamado clímax.
Los cuentos por lo general se centran únicamente en un sólo enfoque y género, reduciéndose a lo completamente necesario para la realización de la historia y cumplir con lo que quieren mostrar. Ello debido a que se planean para ser cortos y leerse sin interrupción. Apoyarse en menor medida de otros géneros y enriquecer la trama con cosas no tan necesarias son cosas propias de las novelas.