Los escritores no son científicos (usualmente). Por tanto
perciben a la ciencia como fría y sin emociones, lo contrario al arte. En la
mayoría de los casos, es posible que los escritores disgusten de la ciencia
simplemente porque en la escuela eran malos para matemáticas, física y
similares. No obstante, cualquiera que sea la razón, es un hecho innegable que
la gran mayoría de los artistas (no sólo los escritores) detestan las ciencias.
Por consiguiente es común que muchas historias de ficción tengan argumentos o
situaciones en dónde los científicos provocan catástrofes, crean monstruos,
estudian cosas “malas” o simplemente usan crueles métodos de investigación.
Típicamente, cuando se involucra a la ciencia en una obra de
ficción, los científicos son los causantes del problema en que se desarrolla la
historia. El antagonista, casi siempre un corporativo, militar o agente del
gobierno, se niega a creer que el proyecto que lidera es malo o inmoral, o
simplemente no le importa. Y los científicos normalmente se defienden bajo el
pretexto de todo lo que hacen es “en favor la ciencia”. Generalmente el grupo a
cargo de la investigación, utiliza su influencia o poder para hacerles la vida
difícil a los héroes; puede arrestarlos o intentar silenciarlos de cualquier
modo.
Al final, el científico termina siendo destruido por su
propia creación, los héroes prueban que estaban en lo correcto y con sus
esfuerzos salvan al mundo del horror de la ciencia. En ciertas ocasiones, esta
estructura es aligerada teniendo la presencia de algún científico “no tan malo”
entre los protagonistas, quien da una razonable explicación de por qué la
ciencia está involucrada.
Los problemas pueden ser causados por algún científico loco,
o simplemente es que la ciencia “se mete con cosas que no debería
meterse”.
Claro que, por obvias razones, este tipo de argumentos no
son usados en series donde se tiene de protagonista un “Héroe Científico” o el héroe
tiene de compañero algún robot. En ese tipo de historias se hace una distinción
entre buenos científicos y científicos malvados. Pero las obras así son pocas a
comparación de las que exponen que a toda la ciencia como mala.
Las historias donde la ciencia es mala rara vez hacen distinción entre
lo que es estrictamente ciencia y lo que es tecnología aplicada.
Esta visión de que “La Ciencia es Mala” es muy aceptada por
audiencia, ya que no sólo los escritores le tienen pavor, también la mayoría
del público tiene algo en contra de ella; ya sea por sus creencias o porque sencillamente la aborrecen.
Este artículo está basado en el tema:
"Science is Bad" de la página tvtropes.org